El desembarco en Cantabria de las motos clásicas


Desde hoy Cantabria suena distinto. Es la sinfonía de las Bultaco y las Montesa. De las Guzzis o las Morinis. Dos o cuatro cilíndros. Es el sonido de las motos añejas que pueblan la región hasta el próximo domingo. Reliquias sobre ruedas. Las monturas y sus ‘jinetes’ de dan cita en la XXIV edición del Rally Internacional de Motos clásicas, con 742 inscritos de siete nacionalidades distintas que, este año, cambian la parrilla de salida de Colombres a El Sardinero.
Será una semana de imágenes y personajes pintorescos. Situaciones extraordinarias, como el descenso de cerca de 350 moteros, con sus ‘clásicas’, del buque Pont Aven, en pleno centro de Santander. Piezas para venerar, como la Brough Superior, «el Rolls Royce de las motos», del año 1935. Idéntica a la que llevó a la muerte a Sir Lawrence de Arabia. O historias para contar, como las de los octogenarios capaces de dar lecciones de motociclismo o la de Drino Miller. Norteamericano de 70 años, amigo personal de Steve McQueen y enamorado de Cantabria. Tanto, que su sueño es comprarse una casa en la región. Otro año más, estará aquí, subido a su ‘burra’.
El nuevo escenario no está elegido al azar. Ni por su belleza. Desde el año 47 al 62, El Sardinero sirvió como circuito de carreras y compartía fama internacional con las 24 horas de Motjuic. Algunas de aquellas motos que aceleraron junto al Casino, e, incluso, alguno de los pilotos, estarán presentes esta semana en Cantabria. Los organizadores del Moto Club Pistón, que este año se han aliado con sus ‘colegas’ de Reinosa, el Pata de Cabra y A. C., también vieron como Colombres, plaza de las anteriores ediciones, se les quedaba pequeño. «No daba a basto. La mayoría de la gente que viene es mayor y con un poder adquisitivo alto. Además, nosotros no cobramos cantidades extremas y en Santander tenemos más espacio», comenta el presidente del Pistón, Josón Arenillas, quien ve este cambio como una oportunidad para probar nuevos caminos. «Cantabria tiene gran cantidad de rutas preciosas que ver».
El Rally engloba cuatro grandes eventos: Cuatro rutas -de jueves a sábado-, la VII Ruta de las 5.000 curvas y 500 kilómetros, la II Carrera de Motos Clásicas Circuito de El Sardinero y la VII Feria Mercadillo-Exposición de Motos de Carreras. El día de hoy queda reservado para la recepción de los participantes en el Hotel Santemar.
Mañana será la primera toma de contacto, con una salida de aproximadamente 200 kilómetros por algunas montañas de la región. Será el aperitivo perfecto para el viernes. Uno de los platos fuertes. La ruta de las 5.000 curvas y los 500 kilómetros, que transcurrirá por parajes tan dispares como Alisas, Carmona, Palombera, la Vega de Pas, La Sía o La Aparecida, entre otros. Una buena ruta turística por la región.
El sábado, se revivirá la I Carrera Nacional de Motos de Santander, disputada allá por 1918 y que transcurrirá hasta el Pantano del Ebro, con vuelta al Palacio de Deportes, donde ya estará abierto al público el Mercadillo-Exposición de Motos de Carreras. El más importante de España. Por la tarde, a partir de las 15.00 horas, se reeditará la II Carrera de Motos en El Sardinero, con un homenaje al expiloto Julio Poncela.
Siete nacionalidades
Ya en la jornada de despedida, está prevista una salida a las Villas Pasiegas, para no perder el buen sabor de boca de todos los visitantes que llegan a Santander con motivo del Rally. De hasta siete nacionalidades distintas -Españoles, ingleses, belgas, holandeses, franceses, irlandeses y estadounidenses-.
Cerca de 80 personas, entre los cuatro motoclubes, trabajan para que la máquina carbure a la perfección. Y es que estos eventos están de capa caída. No por su tirón de inscritos y espectadores, si no por la crisis económica. «El de Irún se ha caído y el de Oviedo subsiste como puede, así que nos hemos quedado como el mejor Rally de Motos Clásicas de España, pero también lo estamos pasando mal», afirma Josón Arenillas, que ve como su evento mueve 120.000 euros sólo en alojamientos y comidas, sin contar los gastos de todos los visitantes a la región: «Calculamos que el evento moverá a cerca de 7.000 personas entre participantes y asistentes a las carreras y a la exposición».
El Sardinero se convertirá en estos días en una gigantesca pasarela con olor a gasolina, donde desfilarán motocicletas con más de 25 años de vida. Auténticas ‘adolescentes’ en comparación con las máquinas de los años 20, 30 o 40, que siguen ‘runfando’ como el primer día.

Fuente: eldiariomontanes.es

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